Ser un agente de cambio en lugares remotos

Hasta en los espacios más recónditos de Chile existen oportunidades para potenciar las habilidades de niños, niñas y adolescentes. En las comunidades de Quilacahuín y Misión San Juan de la Costa, de la región de Los Lagos, la Fundación América Solidaria pudo llegar y fomentar la educación a los chicos/as que estudian y que desean expandir sus límites.

Frente a la casa donde actualmente se hospedaban las profesionales voluntarias de 2021 de la Fundación América Solidaria del sector de Quilacahuín, vive una de las alumnas del Colegio con el mismo nombre de la comuna. Las profesionales son fueron parte del programa de voluntariado de la fundación, la que busca potenciar los derechos de los niños, niñas y adolescentes de Chile y Latinoamérica. El proyecto en el que están busca fomentar la educación de los jóvenes que viven en lugares de difícil acceso.

Ellas cuentan con preocupación que nunca la han visto salir, no conocen su cara, ni cómo se llama, ni que se asoma. Imaginan que, al igual que muchos niños, no tiene motivación para salir, a lo que se le suma el encierro y las constantes cancelaciones de clases.

Tal como esa chica, el año 2020 los estudiantes del colegio más grande de la comunidad de Misión San Juan de la Costa, estuvieron aprendiendo mediante clases en formato online. Pero en 2021 lograron comenzar a tener clases presenciales en el aula, implementando un formato híbrido. Dentro de este proceso estuvieron involucradas las profesionales voluntarias de América Solidaria: Larissa de Oliveira, profesora de matemáticas, Paula Zepeda, psicóloga, y Catalina Hargos, profesora de lenguaje.

En clases, las voluntarias pudieron notar las consecuencias del aprendizaje online.

“Los chicos carecen de mucha autonomía, siempre hay que estar acompañándolos en todas las actividades”, comenta Paula, a lo que su compañera Larissa agrega que “retrocedieron en muchos procesos educativos”. 

María José Abarca, coordinadora de la misión en Quilacahuín y San Juán de la Costa, comenta que “la ruralidad  fue una dificultad, y por la pandemia, la conectividad ha sido un problema por lo que se buscaron distintas formas de trabajar”. Por eso tuvieron que generar contenido mediante guías, las que debían ir a dejar a las casas de los estudiantes o coordinar para que los apoderados pudiesen ir buscarlas al establecimiento. “Fue difícil tener una continuidad en las intervenciones”, asevera.

Debido a este problema las profesionales buscaron algún proyecto que despertara el interés y que se complementara con las intervenciones que realizan en clases y recreos. Así, inscribieron a un grupo de 9 niños y niñas para que participaran en la competencia FIRST LEGO League, en la cual, en modalidad online, deberán cumplir misiones, durante todo el año, para llegar a diciembre con nuevas habilidades tanto académicas, vinculadas a tecnología e innovación, como interpersonales, y así competir junto a al menos 30 equipos de distintas partes de Chile.

Las profesionales cuentan que fue un arduo camino para poder inscribirse en la competencia, pero que valió la pena. Una de las razones más importantes es poder incentivar a los niños y niñas a aprender cosas nuevas y que sean conscientes de lo capaces que son.

Por otro lado, Ignacio Valenzuela, de 13 años, desde marzo ha estado a cargo de la emisora radial que inició en su Colegio Misión San Juan de la Costa en San Juan de la Costa. Esta comenzó como una idea de uno de los profesionales voluntarios de América Solidaria y a Ignacio le ofrecieron participar de inmediato. Él es un niño enérgico y se detiene un momento antes de decir cada palabra. Cuenta que cuando le propusieron la idea rápidamente dijo que sí.

“Sé que tengo un buen vocabulario, sé cómo hablar y llevar una conversación de algún tema en específico”, confiesa entre risas.


Esto partió con unas pequeñas cápsulas informativas en las que él era el encargado de las locuciones. Lo iban a buscar a su casa en un furgón para ir al estudio de radio improvisado del colegio. Relata que siempre ha tenido ganas de comunicar, le encanta ver noticias y contar sobre lo que lee o escucha. “Me gusta informarme para poder después hablar sobre eso con otras personas”, cuenta.

Con el tiempo, la emisora radial ha ido mutando. Actualmente, el equipo lo integran 13 niños. Ignacio asegura que “esto es algo histórico para el colegio, ya que nunca se han hecho este tipo de actividades, nunca, en todo el territorio, en otros colegios nunca había pasado esto”.

A pesar de que aún no se emite el programa que están organizando, Ignacio cuenta que estos espacios cobran importancia ya que viven en un lugar muy alejado y casi nadie los conoce. “Tenemos mucha cultura y sería muy bueno que otras personas lo sepan, por ejemplo acá está la cultura mapuche huilliche, a nosotros nos enseñan en el colegio y se está olvidando este tipo de lengua”, afirma. La visibilización de su comunidad es algo que le preocupa.

Tal como Ignacio, las profesionales voluntarias de Quilacahuín, quieren que los niños, niñas y adolescentes del sector den a conocer su trabajo y habilidades, para que así los demás puedan descubrir el valor de su comunidad.

Paola y Larissa reflexionan sobre la falta de motivación que a veces ven en los jóvenes. “Tienen bajas expectativas, ellos no dimensionan todo lo que son capaces de hacer”, dicen. Pero su trabajo en el taller de FIRST LEGO League les da esperanza de que ellos identifiquen y apliquen su habilidades y capacidades. “Esto toma tiempo. Nosotras llevamos solo cinco meses de trabajo, entonces no podemos decir que estamos cambiando su realidad, pero sí que estamos sembrando la semillita para que con el tiempo dé frutos”, afirma Paola, y agrega que “poco a poco hay jóvenes que aspiran a ir a la universidad o desarrollar una profesión que no esté vinculada al campo”.

Un poco más al sur, Ignacio solo piensa en la posibilidad de expandir su experiencia en la emisora, por lo que junto a sus compañeros están gestionando la posibilidad de que su proyecto sea emitido en toda la región de Los Lagos. Asegura que quiere que las personas sepan que la emisora es de San Juan de la Costa y no de otro lugar y que, además, con esto se puede beneficiar a todos, ya que nunca ha existido algo interesante de lo que hablar. “Estamos olvidados y queremos darnos a conocer al mundo”, concluye. 

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