En el marco del trabajo y profundización en el área de la salud de mental, adolescentes y jóvenes participaron en un taller virtual centrado en las Primeras Ayudas Psicológicas (PAP) y la construcción de redes de apoyo.
Este evento fue llevado a cabo el pasado jueves 26 de junio, a las 20:00 horas gracias a la colaboración de equipos de diversos países como Chile, Uruguay y Brasil. En él se ofreció un espacio de encuentro intercultural para abordar problemáticas comunes, algo que hace años era dificil de imaginar.
El taller, facilitado por la voluntaria Emi y la directora de cooperación Ana, inició con una ronda creativa de presentación, donde cada participante fue invitado a buscar un objeto que les brindara seguridad, calma, protección o les hiciera sentir ellos mismos; una actividad que fomentó la introspección y la conexión inicial entre los jóvenes. Los objetos compartidos, como libros, cuadernos, instrumentos musicales o incluso mascotas, no solo contaban historias personales sino que también revelaban cómo cada individuo encuentra refugio y expresión en su día a día.
Uno de los segmentos más dinámicos fue la actividad de «Verdadero o Falso» sobre las Primeras Ayudas Psicológicas. Se desafiaron mitos comunes, como la idea de que «solo los psicólogos pueden ayudar a alguien que está mal», señalando los participantes, acertadamente, que cualquier persona con las herramientas adecuadas puede ofrecer apoyo independientemente del contexto, momento o situación. Se destacó que frases como «No sé qué decir, pero estoy con vos» son sumamente útiles, ya que demuestran apoyo incondicional incluso sin tener todas las respuestas.
Asimismo, se enfatizó en que escuchar activamente es una forma poderosa de ayudar, permitiendo a la persona expresar sus sentimientos sin sentirse juzgada o invalidada. Por otro lado, se subrayó la importancia de evitar frases que invalidan las emociones, como «estás exagerando», ya que pueden minimizar el sentir de la otra persona.
En el taller se profundizó en la definición de las Primeras Ayudas Psicológicas como: «acciones de primera atención, aplicadas en las primeras 72 horas después de un incidente crítico».
Sus objetivos principales son: proteger, aliviar y contener a la persona, generando un espacio seguro para la expresión de sentimientos y la reducción del estrés inicial; ofrecer asistencia práctica, atendiendo necesidades básicas como comida, agua o información, y facilitando el acceso a recursos de ayuda.
Los jóvenes participantes tuvieron la oportunidad de aplicar estos conocimientos en sesiones de grupo, abordando diversas situaciones hipotéticas y discutiendo cómo ofrecer apoyo desde su rol como pares.
Esto incluyó identificar señales, definir cómo acercarse, qué frases usar o evitar, y a quién pedir ayuda en caso de necesidad.
El taller también incluyó una dinámica para dibujar la propia red de apoyo, invitando a los y las participantes a reflexionar sobre las personas, lugares o recursos que les brindan paz y calma, y a quiénes ellos podrían acompañar.
Finalmente, se proporcionó una «caja de herramientas exprés» con técnicas prácticas para regular la ansiedad y un listado de frases que acompañan versus frases que invalidan, brindando herramientas concretas para el día a día. Se resaltaron las señales de alerta que indican la necesidad de ayuda profesional, como cambios bruscos de ánimo o aislamiento y se proporcionaron recursos de derivación.
La intención del taller fue ir creando «un gigante intercontinental» a través de estos espacios, donde cada individualidad contribuye a una red de apoyo más grande.
Este evento reafirma el compromiso de América Solidaria con el lema «Yo puedo, yo soy parte, yo actúo», fomentando el autoconocimiento y la capacidad de contribuir positivamente a la comunidad.
Juntos, seguimos proporcionando herramientas valiosas para cuidarse y cuidar a otros, fortaleciendo así el bienestar mental en los jóvenes.