Entre febrero y marzo de 2025, junto con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se llevó adelante un ciclo de tres talleres para 21 voluntarios de 10 nacionalidades dedicados a acompañar a niños, niñas, adolescentes y adultos migrantes.
Esta colaboración partió de un objetivo claro: Fortalecer las competencias actitudinales, vinculares, emocionales y colaborativas de las personas voluntarias para optimizar la atención brindada a niños, niñas, adolescentes y adultos migrantes dentro de las organizaciones sociales a las que pertenecen.
La convocatoria nació de un sondeo entre los mismos integrantes, que identificaron retos como; la gestión de donaciones en mal estado, la falta de espacio y mobiliario adecuados, la sobrecarga entre familia, trabajo y voluntariado, la contención del duelo migratorio, el establecimiento de límites sanos y la necesidad de reforzar la motivación grupal.
El 22 de febrero, en el Centro de Referencia para Personas Migrantes de Montevideo, 18 participantes iniciaron el recorrido con “Construcción de la identidad del voluntariado”. A través de diferentes dinámicas para profundizar su sentido de pertenencia y renovar su compromiso con valores como la colaboración, la coherencia y la innovación, exploraron preguntas clave como; “¿Quién soy?” y “¿Qué me motiva como voluntario?”.
El 11 de marzo, de manera virtual, se desarrolló el taller de “Primeros Auxilios Psicológicos (PAP)”. Basado en la Guía de atención psicosocial de la OIM, el encuentro desglosó sus ocho fases y propuso casos prácticos de estrés, duelo y adaptación cultural. Mediante la dinámica “Mito o verdad”, se desmitificaron ideas erróneas sobre la intervención psicosocial y se reforzó la escucha activa como base del acompañamiento.
La serie de talleres concluyó el 29 de marzo con “Tejiendo Redes de Cuidado: Autocuidado y Acompañamiento”. En una jornada presencial, los 16 asistentes emplearon la metodología World Café para diseñar mapas de redes de apoyo, definir estrategias de derivación responsable y construir una simbólica “caja del autocuidado colectivo”. La dinámica final, “El hilo del compromiso”, permitió que cada participante asumiera una acción concreta para cuidar de sí mismo y de su equipo.
La metodología empleada a lo largo de todo el ciclo, basada en «aprender haciendo» y la generación de espacios de diálogo, fue fundamental para abordar tanto las áreas de la vida impactadas por la migración, como las competencias necesarias para brindar atención psicosocial efectiva.
La respuesta al ciclo de talleres fue sumamente positiva, las encuestas de cierre revelaron un 100 % de satisfacción. Los encuentros fueron descriptos como espacios «muy bonitos, dinámicos y necesarios». Los participantes valoraron el aprendizaje sobre sí mismos y el grupo, destacando el autocuidado como una acción tanto individual como colectiva.
A partir de este ciclo de talleres se busca seguir nutriendo estas redes de cuidado, aprendizaje y solidaridad es vital para sostener a quienes acompañan y, en última instancia, mejorar la calidad de la atención brindada a las personas migrantes, promoviendo su bienestar.
