Este programa se centra en aquellos jóvenes marginalizados que no trabajan ni estudian por lo que sus posibilidades de inserción social son bajas. El foco del programa son las comunidades latinas y afroamericanas, las cuales presentan los mayores índices de pobreza y vulnerabilidad en la ciudad de Washington. La gran mayoría de estos jóvenes enfrentan situaciones de abandono, indigencia, mala alimentación, paternidad temprana y violencia. A través de la educación y la entrega de herramientas para enfrentar la vida profesional, se busca que nuestros jóvenes rompan círculos de violencia y pobreza, y permitir una transición responsable hacia la adultez.